martes, 25 de junio de 2013

Perera y Talavante, puerta grande en Badajoz

La tarde arrancó mal, Morante se dispuso a torear de muleta al que abría tarde y se fracturó la pata con un arreón. El sevillano no tuvo opción y tuvo que pasaportarlo. Se reconcilió con la afición de Badajoz en su segundo, cuando se estiró a la verónica en el saludo capotero y lo muleteó con embrujo, sentimiento y naturalidad. Exprimió el pitón derecho, donde dejó pasajes llenos de profundidad y suavidad. Puso un broche de oro, haciendo homenaje a Pepe Luis Vazquez, toreando al natural de frente, con el pecho mirando al toro y a pies juntos. Mató al segundo encuentro y la afición le concedió una oreja a la belleza del toreo morantista.
Perera se encontró con un toro desenrrazado, que fue de más a menos y al que toreó con templanza al natural. Desorejó a su segundo, toreando con mucha firmeza, quietud y seguridad, alargando la embestida del toro, mandando siempre sobre él. Puso como colofón un rotundo estoconazo.
Acompañó a hombros a Perera su paisano Alejandro Talavante, el cual hizo romper la tarde en el tercero de la corrida, cortándole las orejas a un toro que estaba condenado a embestir por su preciosas hechuras. Lo toreó con improvisación y variedad, llegando a los tendidos, donde aprovechó el buen pitón izquierdo y enloqueció a su gente. Remató la faena con un ramillete de bernadinas y dejó una estocada en todo lo alto. El buen toro de Nuñez del Cuvillo fue aplaudido en el arrastre al desarrollar en su lidia nobleza, humillación, fijeza y recorrido. A su segundo logró cortarle una oreja resolviendo y resaltando muletazos por el izquierdo.
Bonita y buena tarde en conjunto, donde vimos triunfo y buen toreo.

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