lunes, 30 de septiembre de 2013

Gómez sorprende en Algemesí

La pasada noche del viernes 27 de septiembre se presentó oficialmente Christian Gómez como novillero sin caballos, participando en el concurso Naranja de Plata; creado para promocionar a los jóvenes espadas. 
El natural de Benaguasil se ganó una mención especial por parte del jurado de dicho trofeo a causa de la grata impresión que dejó en sus sendas faenas, rayadas a un altísimo nivel. Lidió reses de Javier Molina y El Parralejo, en general de buen juego, saliendo en segundo y tercer lugar los novillos de más alta nota. En su primero, Christian se mostró capaz y seguro. El desmayo, la ligazón, y el temple reinaron la labor del valenciano, esbozando muletazos larguísimos por ambos pitones. Triunfo rotundo que los aceros acalló.
Una ovación previa a la salida del último de la noche, atestó a Christian de raza y ambición, que le llevaron a la puerta de chiqueros. Más de tres minutos estuvo esperando de rodillas y dejó una limpia larga cambiada. Con la pañosa roja derrochó valor. Pisó los terrenos del cornúpeta. Antes, brindó el novillo a su padre, buscó el ligazón y le bajó la mano, brillando al natural. Una estocada tras un pinchazo y el público, casi llena la plaza, le pidió hasta la segunda oreja con fuerza, pero la presidenta sólo le concedió una.
Christian Gómez dejó buenas sensaciones y un argumento personalísimo. La gente se quedó con ganas de verlo de nuevo.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Morante y Perera, plétora en Logroño

Un nubarrón de mansedumbre se adueñó de la primera parte de la corrida del Vellosino lidiada en el coso de La Ribera. Morante y Perera, deslumbraron realizando faenas llenas de temperamento y plenitud. Ponce, que se llevó el peor lote, fue ovacionado con el que hizo cuarto.
Se obró el milagro con el que saltó en quinto lugar. Morante como protagonista de una faena repleta de embrujo, asiento y eternidad. Y de belleza. Mucha belleza. El Genio de la Puebla emborrachó de arte con un toro de baja condición, que contribuyó muy poco pero que tuvo una virtud, la duración. Por el pitón derecho dibujó muletazos extraordinarios, atestados de largura y ligazón, con los que la gente se enamoró y enloqueció. Hechizo, verdad y algo más que valor. Morante en estado puro. Redondeó con un estoconazo y le cortó las dos orejas.
Avisó ya en su primero plasmando un inicio hermosísimo. Un ramillete de verónicas magnificas, una media extraordinaria y un galleo por chicuelinas plagado de gallardía. El toro se apagó pronto, le faltó emoción, raza y celo.

Perera acompañó al de La Puebla del Río por la puerta grande. Brindó el toro que cerró la tarde, el mejor del encierro del Vellosino, al público. Inició con su tan habitual pase cambiado por la espalda. Haciendo vibrar a la parroquia desde el esbozo de la labor. Brotó de nuevo ese índole ojedista, cuajando al cornúpeta en una baldosa y muleteándolo con largura, lentitud y mano baja. Tras una estocada de libro, paseó las dos orejas.
Ponce no tuvo toros. Aún así el público le pidió la oreja ante el cuarto de la tarde. Astado que empujó con celo y entrega en el tercio de varas, pero que acabó teniendo un viaje corto. Ponce tiró del toro, trazando algunos muletazos de calidad y bárbaro esfuerzo. Fue ovacionado tras una leve petición de oreja.
Tarde de brutal disfrute. El toreo, además de un arte es, un disfrute, una gozo, un regalo, un deleite de valores... Y afortunados nosotros de emocionarnos con algo grandioso. El toreo. 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Dignidad, esfuerzo y vergüenza torera en Nimes

Muy justa de fortaleza y desigual la miurada lidiada en un mano a mano. Fernando Robleño y Javier Castaño se veían las caras, los dos veteranos con el hierro que pasta en Zahariche.

La segunda parte de la corrida mejor que la primera. La falta de fuerzas en los cornúpetas durante todo el festejo, viene dada a causa de que el encierro de Zahariche estuvo pastando en la finca de Simón Casas diecisiete días antes de ser embarcada.
A pesar de ser una tarde gris, donde ningún toro rompió y hubo un herido, resaltó Robleño. El esfuerzo de Robleño.  El afán, la gallardía y el valor, gobernaron la brusca embestida del quinto de la tarde. Toro con peligro pero con el Robleño fue arrancando muletazos. Labor de enorme mérito que el tendido supo valorar concediéndole una oreja.
Brilló de nuevo la cuadrilla del salmantino, con el que cerró plaza realzó la tarde. Tito Sandoval estuvo superior toreando a caballo, dejó tres puyazos. ¡Qué tres puyazos! El último de punta a punta de la plaza. El público en pie y la banda sonando. Magnífico. Reivindicando la suerte de varas. Todo iba en alza. David Adalid y Fernando Sánchez siguieron emocionando al público. Adalid quiso cerrar el tercio al quiebro y fue prendido por el miura y empotrado a tablas, sufriendo una cornada en el gemelo de seis centímetros. Tuvo arrojo y vergüenza torera el banderillero herido y quiso salir a clavar otro par, donde fue prendido de nuevo, pero sin consecuencia. Castaño lo muleteó con corrección y dejó un pinchazo.
Pudo cortar un trofeo el salmantino ante el cuarto si no hubiera pinchado. Toro con emoción y nobleza, con el que Adalid y Sánchez se desmonteraron después de parear. Castaño plasmó templados muletazos por sendos pitones. Lo pasaportó al segundo encuentro y hubo petición de oreja. A petición de la afición, tuvo que dar la vuelta al ruedo. 


martes, 10 de septiembre de 2013

Perera indulta, El Juli a gran nivel en Albacete

Una barbaridad todo lo vivido hoy en la ciudad manchega. Emoción y apoteosis. Truinfo y gloria. 

El que cerró plaza, de nombre "Pescadero", acabó glorificado. Gracias a un excelso Perera. La faena la podríamos catalogar como más allá del Ojedismo. El extremeño lo muleteó, casi sin moverse, con gobierno, ritmo y ligazón, por ambos pitones. Destacando los naturales, lentísimos y larguísimos. El toro, que recibió sólo un puyazo, tuvo plena entrega, movilidad y fue una máquina de embestir. En los compases finales de la labor ya sonaba en los tendidos la palabra 'indulto', y el presidente, como colofón al magnífico encierro de Daniel Ruiz, sacó el pañuelo naranja. Al tercero, le cortó la oreja. Tuvo fijeza y fue repetidor. Perera, brilló al natural, donde le bajó la mano. Tras unas ajustadas manoletinas y un pinchazo, dejó la estocada que le dio el trofeo.
El Juli, también protagonista de la gran tarde de toros, cortó una oreja de cada uno de su lote. Resplandeció el toreo al natural ante el quinto de la tarde. Arrastrando el medio trapo rojo por el albero, esbozando ajuste, lentitud y largura. Con su primero, toreo superior por ambos pitones. 
La bravura que derrochó el encierro, en general, de Daniel Ruiz, son cosas que engrandecen la Fiesta. La gente se emocionó y salió de la plaza toreando. Eso tiene mucho valor. Mucho. Días cómo hoy crean afición.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Morante: valor, sentimento y pureza

De Ronda dicen que es la "Ciudad Soñada". Pues yo les digo que es la ciudad donde sueñas con el toreo. 
Era la sexta actuación como único espada en la carrera del sevillano, después de haberlo hecho dos veces en Madrid y una en El Puerto de Santa María, Jerez y Zaragoza.
Volvía a la maestranza rondeña tras once años y, reaparecía tras 27 días después de la grave cornada sufrida en Huesca. El esfuerzo y la grandeza se conjuntaron para que Morante pudiera llegar a afrontar el reto de lidiar seis toros en la Goyesca.

Una gran peregrinación de aficionados se acercaron para vivir la magia morantísta al bicentenario coso de piedra. Todos ellos vivieron la inmensidad que tuvo la faena al tercero. Un faenón, donde emergió el toreo de forma grandiosa. "Canalla" llevaba por nombre el toro, al que saludó con el capote plasmando un ramillete de majestuosas verónica y ganado terreno hasta llegar a los medios. Sonaron palmas por bulerías después de armarla quintando por verónicas y dejando una media monumental. Empezó el tercio de muleta con pases de la firma. Ayudados por alto y molinetes abelmontados. Llegó el colofón, la exquisitez de la labor. Soberbios naturales. Largos, lentos, de mano baja y temple. Aquello ardía de emoción. La plaza se tiño de blanco al dejar una media estocada fulminante y paseó los dos apéndices.  
Al segundo de la tarde le cortó la oreja. El negro listón recibió hasta tres puyazos y en el primer de ellos derribó al caballo.Toro con genio y transmisión, de menos a más. Morante, gobernó la embestida tirando del astado y esbozó derechazos con sentimiento y sabor, rebozándose con él. 
La faena al quinto fue una labor reinada por el esfuerzo, el valor, la inteligencia y ligazón. Dibujó derechazos de mano baja y largura, muy jaleados por la afición. Estampó un cambio de mano espectacular. En los últimos compases de la labor, el toro le dio un arreón, le quitó la muleta y lo persiguió. Tardó en perfilarse y oyó hasta dos avisos. La gente se enfrió y le dejó sin premio. 
Con el sexto puso toda la carne en el asador. Salió a revienta calderas. Recibiendo al burel con una media cambiada de rodillas. Puso dos pares de banderillas en todo lo alto y reunidos, y el que hizo tercezo fue sentado en una silla y con banderillas cortas. Se apagó pronto el cornúpeta y lo pasaportó rápidamente, dejando un pinchazo. Del que abrió plaza sólo resaltó la gran estocada que dejó, a un toro protestón y escarbón. 
Gran tarde en general y gran nivel del sevillano, que abandonó el coso rondeño a hombros, cruzando el umbral de la puerta grande con tan sólo tres orejas. 

domingo, 1 de septiembre de 2013

Talavante, colosal en su encerrona en Mérida


Alejandro Talavante dejó huella en la romana Mérida. Se quedó con los seis de Zalduendo que estaban reseñados para el mano a mano entre Morante de la Puebla y el propio Talavante. La tarde fue épica. Por la responsabilidad del extremeño y los alicientes que ella tenía. Muchas personalidades en los tendidos y, lo mejor, las cámaras de televisión española. Seis orejas, un rabo y un indulto. Y todo televisado para toda España. Una alegría. Lo mejor de la tarde y el mejor de los seis, brotó con el que hizo cuarto, de nombre "Taco" de 501 kilos, el cual tuvo entrega, profundidad, excelente clase y bondad. Talavante lo cuajó a la perfección. El torero se rompió y el toro no paró de humillar. El temple, la suavidad y el gusto reinaron la labor. El extremeño plasmó exquisitez por el pitón izquierdo y dibujó cadenciosos cambios de mano que enamoraron. El público encandiló y pidió con fuerza el indulto. El presidente, que se resistió a pesar del clamor y la locura del público, sacó finalmente el pañuelo naranja. Dos orejas y rabo simbólicos. Gloria para Talavante, pero más para el Zalduendo, que volverá al paraíso bravo y pronto padreará. 
Cortó dos orejas al que salto en tercer lugar. Un astado que se creció en banderillas y con el que Talavante hilvanó una faena cosida y templada, con muletazos largos, más sobre el izquierdo que por el derecho. La culminación de su quehacer llegó con algo nunca visto. Rompió a cantar, colmado de sentimiento y emoción cuando toreaba por el pitón derecho. El extremeño paseó los dos apéndices después de dejar una estocada entera y el toro fue aplaudido en el arrastre.

Al cornúpeta que abrió la tarde, Talavante lo recibió en la puerta de chiqueros y se lo brindó a Morante. Le consiguió arrancar la oreja toreando con suavidad y disposición, estampando muletazos de trazo limpio con un toro falto de bravura. La misma historia ocurrió con el segundo de la tarde, le cortó una oreja muleteándolo con habilidad y técnica. 
El que cerró la tarde lo brindó al público. Hubo trazo largo por el pitón izquierdo y el descabello arrolló la oreja. Fue despedido a hombros junto a la juventud, que puso la culminación a una preciosa tarde, a la que el torero confesó ser la más importante y decisiva de su carrera.