Calidad, torería y clasicismo de Ferrera y Castaño.

De la complicada y seria corrida de Adolfo Martín, cabe destacar las actuaciones de Antonio Ferrera y Javier Castaño, que rayaron a gran nivel una fría tarde. 

Tanto en el recibo capotero, como en banderillas estuvo sensacional Ferrera. El que hizo primero, toro de poco recorrido, al que Ferrera le planteó un faena muy templada por ambos pitones, logrando muletazos de calidad y aguantándole mucho. Meritoria actuación, que sólo que se quedó en una clamorosa ovación.

El que hizo cuarto, ovacionado al salir por su presencia, toro cornipaso y corniveleto; Ferrera cuajó una labor suave, con firmeza, seguridad y mucha torería, pegando muletazos con aplomo y cadencia. Disfrutó mucho, lo mató con despaciosidad y le arrancó un oreja de ley a un toro aplaudido en el arrastre.

Javier Castaño toreó con gusto y naturalidad al sexto que fue un gran toro por el pitón izquierdo, noble, con clase y cornipaso al que dio gran espectáculo en varas y banderillas.  Estuvo soberbio al natural, con mucho temple y largura, sintiéndose muy a gusto y aprovechando la condición del toro. Pinchó una gran labor. El toro fue arrastrado entre una gran ovación y dio un merecida ovación. Faena completa. Castaño toreó con la mano lastimada por una cornada que le infirió su primero.

Alberto Aguilar se estrelló con el peor lote y tuvo poco que hacer, digna actuación. 

Disfrutamos mucho todos, viendo dos toros bravos, unas suertes bien realizadas y tres toreros muy dispuestos.  

Saldivar embiste en una tarde sin toros

Las Ventas abarrotada de mejicanos, el viento de nuevo invitado especial. Cartel muy interesante. El encierro del Ventorrillo, bien presentado y precioso de hechuras, pero de mal juego, hasta tal punto que sólo valió uno, el tercero, que se cruzó con Arturo Saldivar, muy firme y entregado toda la tarde. El tercero, con movilidad y nobleza, de nombre "Afrentoso" al que le empezó la labor en la misma boca de riego de rodillas, muy dispuesto, faena llena de valor y ligazón, pero con muy poca ayuda del toro. Finalizó con una bernadinas y lo pasaportó de una estocada entera. Los menjicanos asistentes allí enloquecían y consiguió arrancarle la oreja. Tenía media puerta grande, pero no tuvo opción en su segundo y Saldivar sin nada en su mano, dejo una estocada. Madrid vio la progresión de este torero y México se ilusionó. 

De la tarde también resalta Miguel Ángel Delgado, que tuvo poco lucimiento en sus toros, pero demostró su buen gusto, firmeza y actitud, reivindicando de alguna forma, otra tarde en Madrid, que se la merece.

Aguilar roza la puerta grande

Muy complicada la corrida de Montelalto. En el cartel teníamos a un confirmante, El Chechu, a El Capea que volvía a Las Ventas y Alberto Aguilar que entraba por la vía de sustitución por Fernando Cruz que no pudo actuar por problemas respiratorios.

La tarde fría y desapacible con el viento y la lluvia de nuevo, que no se quisieron perder la ocasión. Alberto Aguilar destacó y enamoró a la afición venteña. Cortó un oreja a su primero, tuvo una gran facilidad para entender a su toro y exprimió al máximo todo lo que tenía. Estuvo a gran nivel, con firmeza y seguridad, plasmó naturales bellos y largos. Paseó una apéndice. No pudo hacer nada en su segundo, toro manso y calamocheador. Mató un tercer toro a causa de la cornada que sufrió el confirmante Chechu en el toro de la ceremonia. Vimos como los toros dan y quitan desgraciadamente, pero por eso, esto es tan grande. Toda la plaza estaba con él en el sexto. Alguilar transmitió mucho por ambos pitones, dejando tandas de calidad, hizo un labor muy solvente pero pinchó y dejó una estocada tendida. El presidente le negó una oreja que le daba la Puerta Grande, el público se la pidió con mucha fuerza. La injusticia se cruzó con él, pero los aficionados que le vimos quedamos concienciados de la dimensión que tiene. 

Alberto Aguilar dio un gran golpe de autoridad y demostró lo que es, un grandioso torerazo que se ha ganado a pulso estar en las grandes ferias.

Talavante se consagra y sale a hombros

Cartel de lujo y expectación en Madrid. Las Ventas a rebosar, estuvo presente el "no hay billetes", un día esplendido y tarde de disfrute a más no poder. Sebastián Castella, Jose Maria Manzanares y Alejandro Talavante, los tres rayan un tarde importante y nos hacen soñar con el toreo. El ganado de Victoriano del Río hizo lo posible para que los toreros nos emocionaran, extraordinario de juego, habiendo toros de nota.

Todo salió rodado. Castella se encontró con un primer toro que se lesionó la pata delantera al salir de un par de banderillas, pero al que le podía haber hecho faena porque este, tenía motor y metía la cara abajo. Logró cortar una oreja al que hizo segundo, al que le empezó la labor en los medios, clavado como una tacha y pasándoselo por detrás en más de una ocasión, toreó muy templado y despacioso al natural, dando muletazos limpios y largo. El triunfo podía haber sido más gordo si el toro no hubiera tardado en caer.

Llegó la pinturería de Manzanares, que saludó a su primero al lance de verónica y ganando terreno. Muleteó con mucha templanza y lentitud. Se notó que estuvo a gusto con el toro, toreó redondo, dejó naturales bellos y pinceladas con mucho garbo: pases de pecho y cambios de mano tan suyos. Mató recibiendo y a pesar de que tardó en echarse, le cortó una merecida oreja. Tenía media puerta grande, todos estábamos ilusionados pero su segundo oponente, soso y de más a menos, cosa que no le dejara sacar la bravura de sus hermanos y, no le dejó expresar su Tauromaquia, una lástima, le sacó algún muletazo y lo pasaportó.

¡Hay Talavante! Del desengaño a tocar el cielo. Los almohadillazos se convirtieron en olés. Grandiosa tarde de Alejandro, reivindicó su toreo ya que no pudo hacerlo en su gesta. Su primero salió frio y reacio al capote, pero cuando se encontró con el capote del extremeño metió la cara soberbiamente. En la suerte de varas escupía la puya. Nadie de la plaza daba un duro por él, había enseñado su mansedumbre. Al no estar picado el toro tubo una embestida violenta, Talavante supo templarla y la lío muy gorda. Supo sacarle ese fondo de bravura al toro, pegado a tablas, se rompío, con verdad y poderío toreó cumbre al natural. Lo empaló por perderle la cara sin consecuencias. Concluyó con unas bernadinas y la buena estocada remató la obra talavantina. La gente estaba con él, plaza completamente teñida de blanco, nevada, sacaron los dos pañuelos y le cortó sendas orejas al toro. No pudo obtener más trofeos y disfrutar por el desenrrazado sexto, en el que vimos una gran suerte de varas e infirió una cornada fuerte en la ingle a Valentín Lujan.

Saltó la magia y la grandeza del toreo esta tarde, soñamos de verdad, gozamos y lo mejor, vimos toro y torero crear esculturas, obras maestras. Hacía falta. Tarde que deja huella en nuestros corazones.

Una vuelta que sabe a poco

La tarde parecía que iba a ser para el recuerdo. La esencia torera del Fino, el arte y la torería de Morante y, el temple en mayúsculas de Perera. Lo mejor vino en el tercer toro de la tarde, el mejor de la corrida que se encontró con un grandioso Perera. Un Perera que ha sido uno de los mejores de la Feria de San Isidro, el triunfador junto al malogrado Fandiño. 

El que hizo tercero tuvo mucho recorrido, fue muy humillador, con nobleza y calidad. Perera quitó por gaoneras muy ceñadas pasándose el pitón rozando las rodillas. Muleteó en los medios una faena que estuvo cimentada por el pitón derecho llevando al toro muy sometido. La gente empezó a emocionarse y, cuando cogió la izquierda dibujó extraordinarios naturales, sueltos pero soberbios, sin coser la embestida del toro pero con largura, bellísimos, con profundida y transmisión. El broche fueron un ramillete de bernadinas muy ajustadas que desbordaban valor. Una vez más Perera estuvo rotundo, faena de gran nivel. Con los aceros se le fue el triunfo, hubo petición de oreja, Madrid es Madrid y el presidente no se la otorgó, pero, el público le ovacionó y le obligó a dar una clamorosa vuelta al ruedo que supo a poco ya que, tuvo la puerta grande en más de una ocasión, se la merece.

Los otros dos artistas no dieron tanto de sí, todos esperaban a Morante, pero más al Fino que regresaba después de seis años al coso venteño. No tuvieron suerte, ni con los toros ni con el factor medioambiental del viento que tanto molesta y perjudica a los toreros. Estos dos dejaron pinceladas de mucha torería, sobretodo con el capote. Morante dejó otra media de cartel de toros, para encuadrar, eterna... y Fino toreó con garbo y hondura a su segundo. Una lástima no poder emborracharnos de arte... Cuando hay toro, no hay torero y viceversa.

Cornada y faenón de Fandiño

Interesante corrida de Parladé, con toros de nota. El toreo es muy grande, te da muchas cosas, pero de alguna forma te quita dejando dejándola cicatriz de las cornadas, que están presentes en todo momento en la vida de los toreros. Pero ellos están hechos de otra pasta y las cornadas se quedan en medallas que han dejado huella. Iván Fandiño salió a por todas, quería demostrar una vez más su raza, quiera demostrar que está ahí. Empezó saludando bien a la verónica a su primero de nombre "Grosella", serio y muy astifino, la faena estubo cimentada por el ligazón, el temple y el poderío. Fandiño le dió distancias y tiempos, estando muy inteligente, lo muleteó bien por el pitón derecho, sin que el toro le tocara la muleta en ningún momento. Cogió la zurda, donde el toro protestó más, pero el de Orduña impuso mando y plasmó largos naturales de mano baja. Tremendo Fandiño. Gran toro y gran faena. Se tiró a matar, literal mente, no quería que se le escapara el triunfo. Pinchó y al segundo encuentro salió herida, el toro le cogió con mucha saña y le infirió una cornada de 25 centímetros que le atravesaba el muslo, un tabacazo. "En un mes esta recuperado" dijo el Dr.Don Máximo García Padrós.
La afición le reconoció su actitud y su total entrega y le concedió una oreja de mucho peso. Fandiño rayó a gran nivel la tarde en la que fue la  Corrida de la Prensa y estuvo presidada por la Infanta Elena.

Volvimos a ver el muleteo poderoso julista

Ganas tremendas de volver a ver a Julián torear. Todas las miradas del planetario taurino puestas en él. Estábamos con la miel en los labios, no le pudimos ver cuajar los miuras, ni el otro toro de Victoriano del Río al que Nazaré lo desorejó. Reaparecía en Nimes después de la grave cornada y un largo periodo de recuperación. La coyuntura de la tarde merecía que algo grande pasara. Para la ocasión, el madrileño se puso el mismo terno que estrenó la tarde que fue cogido en Sevilla, negro y plata. Al romper el paseillo en el coso nimeño, en el cual tomó la alternativa hace quince años, la afición  le ovacionó, mostrando el cariño que le tienen en Francia. Le cortó una oreja, que pudieron ser dos, al primer toro de la tarde, un toro protestón, pero con el poderío y el tecnicismo que posee Julián, hizo romper al toro y sacar la mejor versión de él. Brillaron las tandas por el pitón derecho, con mucha profundidad y transmisión.  Mató de una estocada casu entera, caída y trasera y un golpe de descabello, esto le hizo que la faena sólo se quedara en un trofeo. No pudo redondear su tarde, su segundo toro salió inválido, no tuvo oportunidad alguno a pesar de intentarlo. Mató bien y saludó desde el callejón la mercida ovación del público.

Valió la pena mojarse

En el cartel estaban anunciados un francés, un mexicano y un español con toros de Fermín Bohórquez (4º remienda de Carmen Segovia). Encierro noble y con un cuarto toro de alta nota.
Abrió cartel el francés Juan Bautista con un toro sin transmisión y que tuvo poco que hacer con el vendaval que hacía. El hizo cuarto, de Carmen Segovia, de nombre "Lanzavientos" fue un gran toro, con clase y recorrido. Bautista lo aprovechó y toreó bien al natural aprovechando las condiciones del toro, labor de más a menos, mató bien y se le concedió un trofeo.
La inteligencia y la disposición de Juan del Álamo pudimos ver ante el segundo de la tarde, toro noble pero con embestida a media altura, el salmantino tiró de él, pero poco pudo hacer. Salió a por todas en el quinto, el toro llegó con poco fondo a la muleta pero le supo administrar y dejó bueno muletazos con ambas manos. La afición reconoció su actitud y le otorgó la oreja.
Empezó a caer piedra, la gente no se movía, Silveti en el ruedo, estuvo muy firme y valiente y, el mexicano demostró su gran progresión, la gente le pidió la oreja, sobretodo sus paisanos, y le premió la interesante labor. Una pena fue el sexto, no tuvo suerte y no pudo redondear la tarde, se cruzó con un toro blando y parado.
Una tarde redonda, una de las mejores de lo que llevamos de San Isidro.

Tarde en contra y sin explosión

Todo preparado estaba. Talavante llegaba media hora antes a la plaza, algo inusual en él, bien vestido, de grana y azabache. Era una ocasión especial, era la fecha señalada en el ciclo isidril de 2013. En los corrales una de Victorino, palabras mayores, para un sólo torero. Era la sexta vez que ocurría esto en Las Ventas, todos los anteriores salieron triunfantes y a hombros.
La tarde se quedó gris, fría y con viento, la plaza abarrotada y en las taquillas el "no hay billetes". En el patio de cuadrillas, mucha cuadrilla para un sólo torero. Hizo el paseillo sólo, serio y desmonterado como si fuera la primera vez que pisaba esta plaza, al romperse, la afición venteña le mostró su cariño con una clamorosa ovación a la que tubo que saludar.
El primero de los seis fue soso, no humillaba, Talavante resolvió rápido a la que hizo segunda estocada. La tarde no empezaba demasiado bien. El segundo salió escarbando, signo vital de mansedumbre, pero Talavante mentalizado, tiró de él y dejó algún derechazo. El tercero, de nombre "Matacanas", fue el mejor de la deslucida corrida de Victorino, con un gran pitón izquierdo que Talavante supo aprovechar dejando una faena en la que se plasmaron buenos naturales pasándose al toro muy cerca. Se sintió toreando y el público lo reconoció, pero por culpa del mal uso del descabello perdió la oreja. El cielo parecía que se aclaraba, saltó el cuarto, precioso de trapío, hizo honor a chicuelo en su quite, pero el toro manseó y Talavante no tubo opción ninguna. El quinto saltó metiendo bien la cara, abajo y le permitió saludar a la verónica, con el hocico dejaba el recorrido plasmado en la arena, parecía que iba a romper, que era toro de triunfo gordo, pero cuando cogió la muleta, el toro llegó desfondado, la cual cosa no le propinó hacer gran labor. Los tendidos se calentaban, no habían visto nada importante, quedaba un cartucho que salió fallido también, sin movilidad, de tal forma que abrevió la faena de muleta, con la que al empezar ya portaba el estoque.

Una de las cosas que podía ocurrir era esto, forma parte del toreo, que junto a las cornadas forman lo más oscuro de la fiesta. Talavante no fracasó, el encierro de tan baja nota y mal juego, propinó que la tarde se quedara fría y gris como estaba al empezar y no nos calentásemos con el toreo talavantista, que tantas veces nos ha hecho disfrutar.

Es 'su' tarde

Mañana, 18 de mayo de 2013, Alejandro Talavante se encierra con seis toros, seis del encaste santacolomeño, seis Victorino Martín. Debe de ser el día grande de la feria isidril, es una gesta histórica, de las que tanto están ahora de moda para, de alguna forma reivindicar el toreo. El cartel de "no hay billetes" ya esta puesto, la plaza estará a reventar; además sólo hemos visto una oreja en el toreo a pie en esta feria y hace falta ver torear y bien. Mañana Talavante nos tiene que dar una alegría, tiene que poner aquello boca bajo. El encierro es cárdeno y serio por excelencia, bien presentados, de la talla de Madrid.
Sólo hace falta que embistan los toros, me conformo con tres y uno bueno. Suerte.

Borrachera de arte

Garbo, aroma, hondura, cadencia, elegancia, temple, verticalidad, profundidad, pinturería, sentimiento, pecho por delante, mentón clavado, la mirada puesta en el embroque... se para el tiempo y se componen las esculturas a la verónica de Morante. Nos hace soñar llevando la embestida con la yema de los dedos. La Borrachera que da el Toreo, cuando se hace y se dice de verdad. Porque cada torero de veras piensa y siente, hace y dice el toreo a su modo, a su estilo. Y ese estilo es el suyo propio, personal, único, singular, el de Morante, el que cada tarde nos inunda de arte y nos produce escalofríos. Porque el de La Puebla del Río consigue dormir el capote en un lance, dormir al toro en el capote, y lía la que lía, porque es lo mas difícil que hay en el toreo. Pisa seguro, con las zapatillas de frente y solo un giro de cintura realiza el lance, con una calma interior que templa su estar:  Su cuerpo, sus manos  y su capote. Es es Morante.

Disfruten del siguiente vídeo que desborda arte...

Encuentro de dos toreros

Morante de la Puebla y Paquirri, Paquirri y Morante, dos nombres propios del toreo actual y que rondan las noticias de estos días desde aquel brindis del de La Puebla con sabor a paz en La Maestranza.

Estos dos sevillanos de pura sangre, compartieron una jornada de acoso y derribo en el Corredero Santa Cecilia. La jornada campera estuvo presente el toreo a campo abierto, los dos cogieron la muleta y se pusieron las botas toreando un becerro de la ganadería, ambos disfrutaros mucho. Finalizó con un almuerzo. 

Todo esto vino por la encerrona de Morante en Ronda, donde Francisco es el empresario y el cual tenia ganas de que volviera a su plaza. El 7 de septiembre será la tarde de Morante y quedará para la historia de la Tauromaquia. Morante confesó que el que le movió a hacer este tipo de gesta, que tanto están de moda ahora, fue su nuevo apoderado Antonio Barrera.

El histórico capotero ya se ha encerrado con seis toros en Madrid, Jerez, El Puerto y, la última, en Zaragoza en 2009. Pero señala que puede que sea la última vez que lo haga. «Después de matar seis toros en Ronda es difícil imaginar otro lugar, aunque hay uno ahí que siempre se imagina pero es difícil que llegue». Se refiere, sin nombrarla, a Sevilla. 

¿Se quedaría sin matar seis toros en su Maestranza? «En primer lugar, es difícil que lo haga por el desnivel tan grande que tiene el ruedo. Ya me he quejado muchas veces pero no se soluciona. Y en segundo es el problema de los veterinarios y los problemas que surgen en los reconocimientos. No puede ser que un día tan especial se tengan los problemas que se vienen teniendo. Uno no puede ir a una guerra», dice Morante.

La tarde que se consagró

Quiero recordar el San Isidro de 1997, concretamente la tarde del 27 de mayo, esa tarde en la que el  toreo entró en otra galaxia y revivió de las cenizas... Llegó un chaval de Galapagar y obró magia cuando se hechó la muleta a la mano izquierda. Consiguió cosir la embestida de un Alcurrucén que no tenia ni medio muletazo, bordo el toreo. El clamor de la afición al haber visto torero y de los buenos, le dio la Puerta Grande venteña y con ella, ser el triunfador de ese San Isidro.

Aquí tenéis la faena, disfrutadla al máximo.

Spot talavantino frente a la gesta

«Se hace camino al andar», así se titula el spot que ha dirigido Díaz Yanes de la mano de Alejandro Talavante, para anunciar su gesta victorina. En las principales cadenas de televisión entre el 11 y el 17 de mayo, saldrá en las principales cadenas de televisión.

A oreja por coleta en la Goyesca de Madrid

El nombre principal de la tarde del la tarde Goyesca fue Antonio Ferrera, que cuajó una importante faena a su segundo toro. Lo banderilleo con mucho poderío, supo sacarle al toro su clase y fondo, y le realizó una vibrante faena, la cual explotó por naturales, de mano baja y con largura, de las mejores del extremeño en Madrid. La afición le pidió sólo una oreja. Oreja de mucho peso que paseo Ferrera después de haber visto como la plaza enloquecía con su toreo.
La estética de Morenito de Aranda y un buen pitón derecho, fueron posible que el burgalés pudiera cortar la primera oreja de la temporada venteña. Un faena con gusto, con buenos derechazos y un final muy pinturero, le hicieron tener un pie en la afamada y ansiada puerta grande.
Aguilar se encontró con un toro muy encastado, al cual le aguantó mucho y le toreó por abajo. Resolvió. La firmeza de Alberto Aguilar arrancó la oreja.
Una tarde de toros muy completa, muchos firmarian por ver a una terna cortar una oreja en Madrid.

Nazaré y Escribano, gloria en la Feria de Abril

El torero de Dos Hermanas, después de coartarle las dos orejas al toro de Victoriano del Rio, habla y nos cuenta sus sensaciones.




Manuel Escribano, el triunfador de Sevilla, el que le cortó las dos orejas al último toro de la feria, un toro de Miura de vuelta. Tentadero: