sábado, 18 de mayo de 2013

Tarde en contra y sin explosión


Todo preparado estaba. Talavante llegaba media hora antes a la plaza, algo inusual en él, bien vestido, de grana y azabache. Era una ocasión especial, era la fecha señalada en el ciclo isidril de 2013. En los corrales una de Victorino, palabras mayores, para un sólo torero. Era la sexta vez que ocurría esto en Las Ventas, todos los anteriores salieron triunfantes y a hombros.
La tarde se quedó gris, fría y con viento, la plaza abarrotada y en las taquillas el "no hay billetes". En el patio de cuadrillas, mucha cuadrilla para un sólo torero. Hizo el paseillo sólo, serio y desmonterado como si fuera la primera vez que pisaba esta plaza, al romperse, la afición venteña le mostró su cariño con una clamorosa ovación a la que tubo que saludar.
El primero de los seis fue soso, no humillaba, Talavante resolvió rápido a la que hizo segunda estocada. La tarde no empezaba demasiado bien. El segundo salió escarbando, signo vital de mansedumbre, pero Talavante mentalizado, tiró de él y dejó algún derechazo. El tercero, de nombre "Matacanas", fue el mejor de la deslucida corrida de Victorino, con un gran pitón izquierdo que Talavante supo aprovechar dejando una faena en la que se plasmaron buenos naturales pasándose al toro muy cerca. Se sintió toreando y el público lo reconoció, pero por culpa del mal uso del descabello perdió la oreja. El cielo parecía que se aclaraba, saltó el cuarto, precioso de trapío, hizo honor a chicuelo en su quite, pero el toro manseó y Talavante no tubo opción ninguna. El quinto saltó metiendo bien la cara, abajo y le permitió saludar a la verónica, con el hocico dejaba el recorrido plasmado en la arena, parecía que iba a romper, que era toro de triunfo gordo, pero cuando cogió la muleta, el toro llegó desfondado, la cual cosa no le propinó hacer gran labor. Los tendidos se calentaban, no habían visto nada importante, quedaba un cartucho que salió fallido también, sin movilidad, de tal forma que abrevió la faena de muleta, con la que al empezar ya portaba el estoque.


Una de las cosas que podía ocurrir era esto, forma parte del toreo, que junto a las cornadas forman lo más oscuro de la fiesta. Talavante no fracasó, el encierro de tan baja nota y mal juego, propinó que la tarde se quedara fría y gris como estaba al empezar y no nos calentásemos con el toreo talavantista, que tantas veces nos ha hecho disfrutar.

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