sábado, 3 de agosto de 2013

Gran nivel de Manzanares en Huelva


Hace una semana vivimos el mano a mano del Juli-Manzanares en Valencia, hoy en Huelva, hicimos lo propio. Encierro de Núñez del Cuvillo, la mayoría protestados de salida por su pobre presencia, y el que hizo tercero fue devuelto al corral. En los tendidos un "casi lleno" o más de tres cuartos, como ustedes quieran.
Lo mejor de la tarde vino con el que cerró plaza. Estuvo cumbre Manzanares. Le cortó las dos orejas a un toro lleno de mansedumbre, sobre todo en los primeros tercios y feo de hechuras. Nadie daba un duro por él, Manzanares sí, y así lo hizo. Se armó de esfuerzo y disposición y lo llevó muy toreado por abajo. Sólo veía muleta su antagonista, para que no se rajara y dosificó la pequeña dosis de genio que tenia el manso encastado. Dejó una estocada entera al segundo encuentro. El toro tardó en caer, pero no impidió que le arrancara los dos trofeos.
Al cuatro le cortó una oreja. Hizo toreo de la casa, hilvanando una plástica y bella labor. El toro, que le costaba embestir pero que tenía celo, se fue a menos. Tiró de él toreando con temple y lo pasaportó dejando una estocada trasera.
Fue ovacionado ante su primero, con el que toreó a cámara lenta por el izquierdo. Más tarde se rajó y se apegó a tablas. Terminó con media estocada y un golpe de descabello. 
El Juli vivió con intensidad y soberbia actitud toda la tarde. Brilló al natural con el que abrió plaza, un toro justo de fuerza, raza y bravura. El madrileño, que le habló al colorado burel en todo su quehacer, le cortó la oreja obligando a embestir, dando tiempo y dosificando al toro, dibujando templados, largos y lentos naturales. Toreó con suavidad por el pitón derecho. Pinchó una gran faena y al segundo encuentro lo dejó fulminado. 
Le cortó la oreja que le dio la llave de la puerta grande al quinto de la tarde. Toro avacao, colorado, serio, calamocheador y sin clase. Brindó al público, pulseó la embestida del burel y estuvo por encima. El público, a mi juicio, generoso. 
Fue ovacionado con la faena al sobrero tercero. Labor llena de empuje y valor, con la que el toro acabó entregándose y el madrileño gobernando su embestida. 
Tarde de disfrute. Manzanares, esta vez, le ganó la partida al madrileño. El Juli sólo cortó dos orejas y el alicantino tres. Lo mejor, ver la estampa de los dos pilares actuales del toreo saliendo a hombros. ¿Podíamos haber visto mucho más? Sí. ¿Mucho menos? También. 

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