José Tomás ya está en España después de una larga
estancia por tierras mexicanas, donde inció su preparación para la presente
campaña. Nadie sabe nada, todo son suposiciones. Podemos ligar muchos hilos,
deducir cosas, pero quien manda es el diestro de Galapagar y su gusto. Un gusto misterioso, lleno de incertidumbre. Donde quiera torear, toreará. Eso está claro. Prácticamente descartado para Olivenza, con
los carteles hechos en Castellón y con el Plus en la feria fallera de Valencia,
comienza a especularse por dónde puede ir su arranque de temporada: Domingo de
Resurrección en Sevilla o Málaga. Festividad máxima. Centrémonos en Sevilla. La
temporada será distinta y rara, con el G5 -Morante,
Juli, Manzanares, Talavante y Perera- plantado frente a Pagés por el mal trato
sufrido en las pasadas campañas. La empresa del coso del Baratillo necesita una gran inyección de ilusión que recupere la feria abrileña para que el
aficionado no opte por dejar de acudir a la plaza. Mencionan que el millón y medio de euros que ofrecen a Los Cinco en general, Eduardo Canorea y Ramón Valencia se lo
proponen a Tomás para que toree dos tarde en la Maestranza. Una barbaridad. Tal
vez el Domingo de Resurrección y otra tarde en farolillos. El templo sevillano
libre de tele, el abono perdido... la coyuntura es favorable para que JT
vuelva, ¿no? No hay nada definitivo, son sueños de aficionado con
argumentos consistentes.
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