Converso con Antonio Gaspar, más conocido como Paulita,
sobre su 2013, un año que no ha sido muy pródigo en actuaciones, pero, según me
afirma, ha sido muy decisivo e ilusionante. Tres tardes, dos puertas grandes:
su aval. Le encuentro ilusionado e impaciente porque arranque la nueva
temporada, además de estar completando la puesta a punto para una cita crucial:
Valdemorrillo. Paulita, torero de su tierra, marcado por un concepto puro,
profundo y creativo, reflexiona sobre la constante búsqueda de un futuro que
siempre se ha asociado a la incertidumbre. Sorprende la fidelidad a su
concepto. Vive para la profesión, abierto al futuro, con cartas de sobra para
reafirmarse esta temporada. Está convencido, cree en sí mismo. La corrida de
Victorino que mató en Huesca volvió a poner su nombre en circulación. A pesar
de no estar del todo contento con el número de festejos sumados, asegura que se
ve preparado para resolver en el gran circuito.
El nombre de "Paulita", ¿por qué?
Fue anecdótico. Me lo pusieron los profesores de la Escuela
Taurina de Zaragoza y los aficionados viéndome torear en mis inicios. No me lo
quité porque me empezó a llamar todo el mundo así. Decían que me parecía al
maestro Rafael de Paula, date cuenta que yo, con once años, no sabía ni quién
era. Ahora estoy muy orgulloso de llevarlo porque es un torero al que admiro y
uno de mis referentes.
Antonio, tres festejos, dos puertas grandes: su temporada.
Poco, pero me ha servido mucho para ponerme en
funcionamiento. Era una temporada que no se presentaba nada fácil, pero al
final he podido resolver. El triunfo de Huesca con Paquetero ha sido el eje. Gracias a ello pude entrar en Alfaro y
además ir muy ilusionado a Zaragoza.
Se le ha visto con un aplomo y una seguridad impropias de
quien ha toreado poco.
Es todo consecuencia de la preparación. A pesar de no estar
toreando, he creído en mí y he suplido la falta de torear con un entrenamiento
diario intenso. Creo que tengo cualidades para estar en otra situación y así lo
voy a demostrar.
Cuénteme esa sensación de jugarse cada
tarde los contratos.
No te imaginas lo duro que es porque sabes que tienes que
dar el máximo de ti y que salga todo a la perfección. Eso en el toreo es un
milagro, pero cuando te salen las cosas es muy satisfactorio. No se lo tienes
que agradecer a nadie más que a ti.
¿Tiene la sensación de empezar de cero
cada temporada?
Sí. Es muy duro, pero así ha sido. Mi planteamiento de
temporada años atrás era una tarde con sus dos toros. Ha habido años que
empezaba la temporada en la Feria del Pilar y la acababa el mismo día, y eso
estando bien porque, si no, al año siguiente no me repetían.
Las empresas se olvidaron de usted, pero
los aficionados no. ¿Se siente un torero respetado?
Sí, y cada día más. Así me lo hacen ver los aficionados y
gente cercana. Siguen creyendo en mí y ven proyección. Eso ilusiona
mucho.
Tuvo mucha repercusión, únicamente con un toro he cambiado
mi trayectoria y porque fue uno de Victorino, pues creo que desorejo a uno de
otra ganadería y, con toda seguridad, no habría tenido tanta repercusión. Habrá un
antes y un después en mi carrera desde esa tarde, gracias a ella, estoy
acartelado en Valdemorrillo. Antes, me dio la oportunidad de sustituir Jiménez
Fortes en Alfaro y sobre todo, he ilusionado de nuevo a muchos aficionados.
Pero es difícil imprimir su toreo con dichos encastes...
No creo, uno se tiene que olvidar del hierro y plasmar lo
que lleva en su cabeza. Está claro que te lo facilitan unos más que otros, pero
creo que no te debe condicionar.
Por lo tanto, mata corridas que van muy a contra estilo.
¿Le ha perjudicado?
En momentos me ha perjudicado y mucho pero también me ha
ayudado. Durante mi trayectoria he matado corridas muy duras y por ello, estoy
muy orgulloso ya que he podido dejar mi huella en alguna de ellas.
¿Y si nos remontamos al 2009 en Las Ventas? Hay un dicho
que dice que Madrid da, eso está claro, pero ha sentido en sus carnes que
también quita...
Sí, en la corrida de Palha. Una corrida que me dejó muy
frenado. Desde 2009 hasta día de hoy aún estoy pagando el daño que me hizo,
pero mi satisfacción ha sido el toro de Victorino en Huesca, así que, creo, que
los aficionados se han reilusionado conmigo.
¿Volverá?
Claro que volveré, para demostrar a la afición venteña mi
toreo. Me obsesiona volver a pisar esa plaza porque quiero borrar la imagen que
di aquella tarde. Creo que el peaje que he pagado ha sido muy duro y
amargo.
El próximo nueve de febrero lidia en Valdemorillo la corrida
de Ana Romero. No es una ganadería nueva para usted.
No, además la he pedido yo porque tuve oportunidad de
elegir entre cinco ganaderías posibles para ese día. Elegí el encierro de Ana
Romero porque con ese tipo de encaste el triunfo repercute mucho más. Ya tengo
experiencia con ese hierro, en 2012 la maté en Zaragoza y vibré con un toro
extraordinario, Flameado de nombre. Tengo fe con esa
ganadería.
Después de Valdemorillo, ¿qué?, ¿hay más fechas?
Valdemorillo me va a condicionar la temporada, espero que
se me abran puertas, sobre todo la de Las Ventas, le tengo ganas. Además, tengo
tres fechas por tierras francesas en plazas importantes y muy toristas pero
falta que se rematen.
¿Se pierde la ilusión?
Sí que se pierde, porque uno es constante en su preparación
y no lo ve reflejado en festejos. No ve recompensado su sacrificio y eso es
bastante severo. Parece que uno no se dedica a su profesión...
¿Qué le motiva?
La confianza que tengo en poder cambiar mi situación con un
toro, como así ha ocurrido esta temporada y, por encima de todo, la afición.
Cada año se reivindica en su Zaragoza del alma...
Sí, es la única
oportunidad que tengo cada año y porque se han dado bien las cosas, si no, no
me hubieran puesto. Es la plaza donde más ilusión me hace torear, porque desde
niño me ha visto crecer.
Doce años como matador de toros. ¿Qué objetivos se marca?
¿En qué ha mejorado a lo largo de estos años?
Mi objetivo es que salgan bien las cosas esta temporada,
que mi nombre vuelva a sonar, ganándome la plena credibilidad de la gente. Creo
que Valdemorillo es un privilegio y no lo voy a desaprovechar. He mejorado en autoconfianza
y en darme cuenta que mi toreo gusta y llega de verdad. Antes estaba inseguro,
ahora no. Me he ido quitando complejos mientras mi toreo maduraba.
Pues tengo la sensación de que el mejor Paulita está por
llegar...
Eso es lo que espero y deseo; además, estoy convencido.
Tengo a la gente desando verme, creo que eso para un torero es importantísimo.
Lo tengo en la mano, no lo voy a desaprovechar.
Por último, Antonio, Barcelona es una plaza talismán para
usted. ¿Qué piensa de la situación actual? ¿Es optimista?
Lo de Barcelona ha sido un atropello, el privar a la
afición de disfrutar del toreo es una sinrazón. Hay una afición tremenda, de
las mejores que yo he conocido. Claro, soy muy positivo, creo que volverán los
toros a Barcelona y pronto.
¿Veremos a Paulita acartelado de nuevo en La Monumental?
Espero que sí, ojalá. He obtenido triunfos importantísimos
y he estado muy a gusto.
Ojalá.